lunes, 17 de enero de 2011

EL SIDA Y LA ODONTOLOGIA

Los profesionales del campo de la odontología, ya sea conscientemente o inconscientemente, tratarán a pacientes infectados con el VIH durante la próxima década. Probablemente, los practicantes generales llevarán el mayor peso. El efecto ya es evidente. Los principios de la OSHA y del CDC, los cuales se añaden a los gastos y la complejidad de ejercer la profesión, podrían ser cada vez más restrictivos e incómodos según se incremente la epidemia. Las creencias y las actitudes que sostienen los pacientes, así como los clínicos, serán la base de interés en relación con los riesgos de transmisión y los procedimientos de las consultas. Con seguridad, la diversidad de actitudes entre los estomatólogos y el personal del consultorio pueden crear tensiones las cuales pueden dictar las posiciones de la consulta, la atmósfera y las funciones. Además, las informaciones actuales relacionadas con la transmisión y la virulencia podrían incluso endurecer las limitaciones y agravar las emociones y las actitudes. Por ejemplo, los riesgos de transmisión podrían convertirse en una amenaza más grave si el VIH llega a alcanzar una virulencia semejante a la de la hepatitis B.
Afortunadamente, no existen pruebas de que el VIH se transmita por contacto casual. Además, con la excepción del Dr. Acer, el estomatólogo quien era portador del VIH y aparentemente fue la fuente de infección en 6 de sus pacientes entre 1986 y 1989, no ha habido ningún otro caso médico o dental de un clínico con el VIH y que haya infectado a un paciente. Esta afirmación incluye a 63 consultorios y a más de 22 000 pacientes. La prueba que señala a Acer como la fuente de la transmisión del VIH es la siguiente: la proteína RNA del VIH de Acer y de los casos con VIH era similar (pero no idéntica) y no existía ningún otro factor de riesgo identificable en sus 6 pacientes. Se han examinado a más de 1 150 pacientes de Acer atendidos durante el mismo período y todos han dado negativo y los otros 3 que dieron positivo, sí presentaron factores de riesgos conocidos.
En relación con las pruebas para la transmisión clínico-paciente, los estudios de casos del CDC ahora incluyen a 143 personas. En los 46 casos comprobados, ninguno pertenece al campo de la odontología. En los otros 97, los cuales no están comprobados, 6 sí forman parte del personal estomatológico. Está claro que los riesgos de transmisión son en extremo bajos y con el seguimiento de las directrices para el control de las enfermedades infecciosas los riesgos son en esencia no existentes, salvo la punción, la laceración y las heridas. Además, existen pruebas de que una proteína que se encuentra en la saliva, aún no muy bien caracterizada, podría inhibir la reproducción del VIH. A la proteína se le conoce como SLPI (Inhibidor de Proteasa Leucocitos de Secreción). Esto podría explicar la falta de pruebas para la transmisión oral.
Se deben tener en cuenta los riesgos de otras enfermedades infecciosas. De esta forma, la información y las directrices se examinarán y evaluarán en relación con los nuevos organismos y la transmisión mediante la sangre y los aereosoles, por ejemplo, la actividad de la tuberculosis bacteriana y la hepatitis viral

1 comentario:

  1. Muchas enfermedades se contagian por la saliva,los dentistas recomiendan no compartir envases y si se hace,usar sistemas preventivos como las boquillas personales de uso individual(ver www.boquillapersonal.es),sistemas preventivos que evitan enfermedades como la hepatitis,los herpes,la tuberculosis y otras que se contagian por las gotitas de saliva que se dejan al beber y que la siguiente persona que bebe se puede contagiar.

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